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La práctica de la montaña

Imagina durante unos instantes una enorme montaña. Recrea esa imagen en tu mente y visualiza los cambios que experimenta a su alrededor. A veces la montaña pude estar envuelta en nubes o con niebla, otras veces sufrir el impacto de fuertes vientos, rayos y tormentas. En primavera, las plantas y los árboles florecen, los pájaros cantan. En verano, el sol brilla, los días y las noches se vuelven más calurosos. En ocasiones, la gente se acerca y admira su belleza, y en otras se lamentan por su apariencia. Poco importan, nada de esto perturba a la montaña, que permanece inalterable observando los cambios a cada instante.

Intenta experimentar la naturaleza cambiante de tu entorno, tus pensamientos, tus emociones y tus circunstancias, como el clima que rodea a la montaña inmutable que eres tú. A veces podrás tener días tristes, momentos de angustia y de desesperanza, y otros, sin embargo, te sentirás feliz, lleno de vida y con ilusión. En cualquier caso, trata de sentir que tú eres como esa montaña, una presencia firme y estable, que se mantiene inalterable observando las circunstancias cambiantes. (Esta versión del ejercicio ha sido extraída del libro "Afrontar la depresión con Mindfulness". Ed. Siglantana)


Esta metáfora expresa aquello que constituye la práctica de Mindfulness. Las circunstancias que nos "afectan" en la vida son esa meteorología cambiante que rodea a la montaña. Si poco a poco desarrollamos una presencia amable y pacífica cuando la climatología nos resulta adversa, podremos permanecer arraigados y seguros en la confianza de que, como las nubes, "esto también pasará".
 

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